Preocupados por el futuro


A pesar de haber leído tiempo ha, “El príncipe” de Maquiavelo, no deja de impresionarnos las noticias sobre hechos donde la razón de Estado puede acabar con cualquier derecho humano, con la dignidad de las personas y con la vida misma. Hoy sabemos, tanto como ayer, que salvar la vida de las personas se considera por detrás del secreto nacional, la estrategia política del momento, el dominio de un núcleo sobre otro en la lucha de poderes y cuantas preferencias se quieran argumentar. No importa que se llegue al absurdo más demencial, a la sinrazón o a la deshumanización más atroz; el decir del dirigente, del mandatario, de su política y su proyecto prevalece sobre todo otro valor. Todo se sacrifica ante el sacrosanto altar del Poder.

A los dos meses del accidente, en el mar del norte del “kurks”, por fin, las autoridades rusas se deciden a recuperar los cadáveres de los tripulantes siniestrados. En uno de los bolsillos de uno de esos sacrificados hombres se recupera un mensaje que nos hace sentir con fuerza el drama y la desesperación de los sobrevivientes al accidente y que posiblemente hubieran podido ser salvados, pero que sufrieron una lenta y atroz agonía Los tres días pasados en la más absoluta inoperancia, hasta que las autoridades rusas dieron el permiso para socorrerlos, fueron decisivos para salvarlos, pero prefirieron la muerte.

Las razones de Estado pusieron un mutismo total a los dirigentes rusos que continuaron sus vacaciones para resarcirse, ahítos, de la orgía de sangre en Tchechenia. Nos tememos que a no ser por la opinión pública mundial, el Sr. Putin, hubiera continuado impertérrito su siesta.

Hoy un nuevo peligro nos acecha en tierras de Gibraltar, igual, mayor o menor, tantas armas atómicas, los vertidos tóxicos y tanta pésima gestión política no hace más que ponernos al borde de una catástrofe sin precedente.

Aquella madre rusa, que en la rueda de prensa con que el dirigente de su país intentaba lavarse la cara, llena de justa cólera se levantó e increpó la pasividad y la crueldad que habían causado la muerte de su hijo, la llevaremos en el corazón y a menos que el corazón se nos recubra de callos y con ello perdamos la razón y la dignidad hay que seguir luchando, con las armas de la cultura y la concienciación social, contra esa razón de Estado, ese despótico poder que manda a la muerte a su pueblo o lo condiciona falazmente para dirigirlo a donde le plazcan sus inconfesables razones.

Mientras los máximos dirigentes políticos y económicos se marcan un periplo mundial con su FMI y BM, intentando ajustar las crisis de la miseria humana, sin cambiar lo que pudiera tener sentido y valor, sus sacrosantos beneficios. En las afueras de las sedes de reunión la policía responden contundente a cualquiera manifestación en contra, como los enfrentamientos de Praga, por ejemplo.

Y en el crepúsculo del sentimiento, trompetas fúnebres y medallas doradas intentarán que todo se olvide en un continuo y absurdo carnaval político.

Shulamit

2 comentarios sobre “Preocupados por el futuro

  1. ¡Qué acertadas tus palabras, Salomé! Hay una sinrazón, un sinsentido; por supuesto que todas las guerras son abominables, no deberían existir; para ello, no deberían existir las argas, ergo, la fabricación de armas. Pero veo a diario en la televisión numerando los días del horror de la guerra en Ucrania, y me viene a la mente que no se utilizó la misma conclusión en la guerra de Irak, protagonizada por EE.UU. con el apoyo de España y Gran Bretaña ¡como si hubiesen diferencias en las guerras!.

    Me gusta

    1. Exactamente César, las guerras las haga quien las haga, son el horror de una humanidad manejada

      El 13/4/22 a las 16:42, Kosas y algo mas escribió: > WordPress.com >

      Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.