Siempre se ha discutido con mucho ahínco los cuatro elementos democráticos que toda sociedad debe preservar a toda costa, esos valores que le dan su auténtico valor. La cultura, la formación profesional, la investigación y sobre todo el trato humano.
La cultura y formación, las prácticas que hagan realidad esa situación y sobre todo el talante educativo y humano de esos profesionales.
Sin entrar al detalle por las razones que no vienen al caso, he permanecido en la Unidad de Cuidados Intensivos de aquí, del hospital de Alcoy durante unos meses. Y el calor de esos profesionales, sobre todo de enfermeras, especialistas, asistentas en todos los términos, es algo insuperable.
Es estar en la cama medio inconsciente y el médico atento al estudio del tratamiento aplicado por ver los resultados y así pasando las horas, días y noches en silencio. Abrir los ojos a un ligero y suave ruido y ver a la enfermera que te observa con detenimiento, si tienes calor o frío, si te apetece algo, si puede venir a verte algún familiar, todo con una amable y cariñosa sonrisa. Esa actitud es más que una práctica profesional, es un sentido humano que esas personas, médicos, enfermeras, especialistas de toda clase te lo exponen con una dulce sonrisa, dándote detalles, de la que se va a practicar para que tu salud y ánimo moral vuelvan a ser los de siempre, o eso queda en mi corazón mi más profundo agradecimiento a esos profesionales por su gran labor y su trato tan humano.
Con estas palabras, va mi profundo reconocimiento a todos los profesionales del hospital Virgen de los Lirios de aquí de Alcoy y que no me cabe duda que así será en todo este colectivo tan humano y digno.
Con todo mi profundo agradecimiento-
Salomé Moltó
Llegue un gran saludo desde Buenos Aires, mi estimada Salomé, y mi recuerdo de aquel encuentro nuestro hace tantos años y pequeña presentación en un café literario.
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