Apocalipsis nada virtual


Los sustitutos energéticos parecen ser peores que los usuales, al menos en las consecuencias laterales. Así, aunque el futuro eléctrico del transporte automotor, promete ambientes menos polutos que los actuales, solo significa el traslado del perjuicio ambiental de las ciudades a la periferia. Los sistemas de alimentación de energía eléctrica, ya se ven extremados, por la nueva demanda. Se supone que los sistemas solares o eólicos deberían suplir tal demanda adicional, pero al momento la fórmula no se cumple. También, debido al conflicto en Ucrania, se ha tenido que aumentar el consumo de combustibles fósiles, por la demanda adicional. Quienes aprueban dicha política, alegan que se trata de un “periodo” de aclimatación. Esto no parece ser nada cierto, porque la demanda está ya a un ritmo de crecimiento casi exponencial, a diferencia de la oferta estimada. Además, este es el punto álgido de toda esta propuesta, la implementación de las energías “limpias”, como se denominan, no son tal cosa. Los sistemas eólicos y solares requieren de enormes y sumamente costosas instalaciones, también sus periodos de vida útil, son limitados, lo cual se suma al costo inicial. Otro aspecto son los daños adicionales que causan. Las enormes superficies de tierras que requiere un sistema solar van en detrimento de los espacios cultivables. Algo similar ocurre con los molinos de viento con sus enormes aspas que perjudican al medioambiente, a la fauna y hasta la flora local. En un planeta que está al borde del desabastecimiento alimenticio, esto significa una crisis existencial inmediata.

La base ideológica de todo este mal manejo de los medios tecnológicos, está en las promesas de un continuo y acelerado “crecimiento económico”. Esto no pertenece exclusivamente al capitalismo reinante, y lo vemos también en países como China, cuyo lema es similar a aquel. Si la felicidad y el “progreso” humano se mide en las varas de la producción, es inevitable la demanda de energía, sin tener en cuenta los daños que produce y que ya son más que evidentes, sino catastróficos.

Adjunto un documental muy importante que relata la tragedia de un poblado de la provincia British Columbia en Canadá, Lytton que en el año 2021 se quemó hasta quedar completamente incinerado. Esto sucedió a raíz de las tremendamente altas temperaturas que asolaron la zona, llegando a 49.6 grados centígrados. Una gran parte de esta pequeña comunidad, de apenas 250 habitantes, esta formada por miembros de las así denominadas, Primeras Naciones, los nativos ancestrales de dicho país. Sin lugar a dudas, tal ola de calor extremo fue incrementado por el calentamiento global y, por lo tanto, creo que nos atañe a todos.

No obstante, este documental está en inglés, pero que no será difícil de entender su contenido.

Por ende, apelo a la conciencia de todos, a cambiar de rumbo y a pensar… Qué puedo hacer yo por cambiar esto. No se trata de un simple destino divino, sino del quehacer de cada uno.

Josef Carel

https://www.theguardian.com/news/ng-interactive/2023/jun/08/burned-to-the-ground-the-canadian-village-incinerated-by-record-temperatures?CMP=Share_AndroidApp_Other

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