Según Wikipedia, se define así la economía: «La economía es la ciencia social que estudia las leyes que rigen la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, así como los modelos y sistemas económicos en los que se llevan a cabo las diversas actividades económicas humanas». En la práctica, el sistema define los precios que los consumidores pagan por cada producto o servicio producido. Este debe entonces tomar en cuenta los gastos y los insumos, que son «el conjunto de elementos que toman parte en la producción de otros bienes». Aun así, la diferencia entre los costos de producción y el precio de venta al consumidor, se denomina “renta”. De ella devienen las ganancias brutas de la empresa, previo al pago de los impuestos a las ganancias. Al final del camino, están las ganancias netas del dueño o propietario de la empresa, que puede ser también una sociedad anónima de accionistas. La ideología marxista, hacía hincapié sobre el trabajo asalariado, o sea, las personas que al fin son quienes producen su riqueza. Pero comparando los ingresos de la fuerza laboral productiva con las ganancias financieras de los accionistas, encuentra una situación difícil de transar. Es la alienación del trabajador, que pasa a ser una mera mercancía en el sistema. Son «las personas que se vuelven ajenas al mundo».Pero he aquí un obstáculo enorme en dicha “economía”, la marxista y la de mercado por igual. Nadie nunca ha tomado en cuenta el daño que dicho sistema de producción produce en la naturaleza. Pareciera trivial decir, a los ojos de los economistas, que dicho perjuicio debe tener también un precio de costo. La ecología que estudia: «cómo las interacciones entre los organismos y su ambiente afectan a propiedades como la distribución o la abundancia». Es decir, que a partir de la ciencia actual, es totalmente sabido el efecto negativo de la actividad económica, como se define según lo citado aqui. Pero lamentablemente dicho sistema no toma en cuenta para nada todo aquello, que como ya sabemos, puede conducir a la destrucción de todo hábitat, hasta poner en peligro la existencia misma de la humanidad. Tomando un ejemplo muy actual, la producción de energía por medio de los fósiles. El enorme daño al medioambiente, y la crisis climática que esto ha producido, ya son irreductibles. Se denomina, calentamiento global, que es el resultado de la liberación de gases nocivos a la atmosfera, dióxido de carbono, metano y óxidos de nitrógeno. Esto produce el efecto invernadero de la atmosfera, por lo cual sube la temperatura media mundial. Seguidamente, se dan fenómenos atmosféricos extremos, como grandes sequías, o, por otra parte, tormentas destructivas. El resultado, amen de la destrucción misma, es la disminución de los medios de vida humana, como ser, alimentos, agua potable, desaparición de especies y demás. La humanidad ya se ve en serios apuros para alimentar una creciente población humana. La gran diatriba en todos los medios políticos, gira en torno a las acciones a tomar frente a tal situación, que ya parece irreversible. Entre otros, la «energía renovable alternativa», ha adquirido enorme popularidad, y pareciera que todos, gobiernos e instituciones, como las superempresas, compiten por la mejor solución verde. Energía eólica, solar, geotérmica, hidroeléctrica, y un sinnúmero de otras propuestas. Todas pretenden reemplazar a las fuentes “dañinas”, lo cual es de por sí loable, pero las enormes dificultades que su puesta en marcha representa, lo hace casi imposible. La demanda de energía sigue creciendo, y entonces los gobiernos recurren a «soluciones a mano». Es decir, más fósiles y entonces aumento de los gases de invernadero, calentamiento en ascenso, etcétera. El círculo vicioso de siempre. Entonces, debo plantear lo que se desprende de lo descrito al inicio en cuanto al cálculo de los costos de los daños producidos al medio ambiente. y cabe una pregunta: ¿Qué pasaría si en el cálculo de costos de producción se incluiría a priori, es decir, previo al inicio de la producción, los supuestos costos de reparación de los daños que el sistema ha de causar?. Es decir, que amen del trabajo, los materiales y maquinarias, se sumarían los gastos de reparación del daño producido. Claro que no sería posible de calcular en todo caso, pero a posteriori, es decir, basados en la experiencia acumulada, desde los inicios de la revolución industrial, hace unos 200 años, se podría realizar. Volvamos al caso de la energía fósil, la mayormente utilizada y por ende la de mayor incidencia. ¿Cómo se podrían calcular los costos de reparación?. Supongo que la ingeniería tiene en sus manos los instrumentos necesarios para el caso. Pero sería imprescindible tomar en cuenta, que en algunos sistemas de producción, o quizá en la gran mayoría, los costos totales serían no imaginarios, exorbitantes. Los precios al consumidor final serian enormes. Nadie, o muy pocos, podría pagar los precios de mercado. ¿Fin del sistema?. No del todo, pero si sería imprescindible adaptarse a lo realmente factible. Existen muchas propuestas de tipos de economía, que promueven la sustentabilidad del sistema ecológico y natural, con las necesidades humanas. Pero todas ellas requieren por sobre todo, de un cambio radical del pensamiento humano. Ante todo, desechar el modelo actual de crecimiento progresivo, cuantificable por medios materiales. El producto nacional es su emblema, y así se comparan las naciones. Es el modelo de la empresa capitalista. Pero existe un modelo cuya finalidad es «la medida de la felicidad humana». Estudios recientes, determinaron que a partir de cierto nivel de ingresos, se puede medir el nivel de satisfacción de las personas, sin relación con sus posesiones materiales. Uno de los nuevos indicadores en vigencia, se denomina «Felicidad Nacional Bruta», parafraseando al conocido termino Producto Nacional Bruto o PNB. Aquel se describe de esta manera: «Los cuatro pilares de la FNB son: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno». Creo que la propuesta aquí indicada de considerar los cálculos de producción tomando en cuenta la reparación de daños al planeta, podría consolidar un nuevo pensamiento en cuanto a la esencia de la humanidad. Josef Carel
Probable final
Publicado por josefcarel
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