El Golem de la Yihad


Ya la imagen divina ha sido creada y toma cuerpo en la sociedad humana que lo confeccionó, pero como en el cuento del Golem, este se rebela contra su creador. El que debía ser el protector del hombre, se convierte en un ente narcisista, que ante todo exige total y absoluta lealtad.

“No tendrás otros dioses por sobre mí”, describe el Antiguo testamento, y para demostrar su total superioridad, pero también su trastorno por posible abandono, pone a su fiel a prueba. Abraham debe conducir a su pequeño vástago al altar de sacrificio, pero a último momento cuando el supremo ya está tranquilo y convencido que no será abandonado, le permite salvar la vida del niño. Esta misma escena se sucede en otras narrativas bíblicas, cuya explicación moralista no tiene parangón.

En otra oportunidad, otro dios, denominado Alláh, impone una conducta primordial a sus fieles, la Yihad, por el cual todos y cada uno, a nivel individual como en comunidad, deben estar dispuestos a dar sus vidas en defensa del supremo. Es el ethos más sustancial en la tradición islámica basado en la concepción de la muerte como el orden natural y predestinado. La muerte en el campo de batalla se considera como el mejor camino hacia el otro mundo. Allí le espera a quien se inmola, un gran paraíso, y en este mundo todos los trofeos de guerra posible.

La Yihad prevé la lucha y guerra contra los infieles que defienden así la superioridad e integridad de su dios Alláh. Es una manera diferente de acentuar que los fieles musulmanes “no tendrán otros dioses”. La muerte entonces, es apenas un juego para demostrar la absoluta lealtad del creyente devoto.

Este peligroso juego divino tiene apenas la intención de evitar a toda costa ser abandonado por aquel que fue destinado a asegurar su existencia. Es como si fuese un pequeño bebe o recién nacido, y el dios pone en práctica todas sus tácticas directas e indirectas. Entre ellas, y conociendo las debilidades de los seres humanos, lo aterra con terribles predicciones de futuro. Ante todo, recalca ante sus seguidores, que son entes mortales, prometiéndoles que existe un próximo mundo, en el cual podrán gozar de una vida interminable. La vida actual de por sí no es fácil, y para peor, aquel ente supremo le pone a prueba a cada momento, recalcando que hay algo superior a todo… el dios mismo.

En la vida real, el pequeño aprende que su protector no desaparece en verdad, y que aquel regresa al momento. Este es el proceso de maduración del infante, pero aparentemente las divinidades nunca maduran. El hombre aprende rápidamente de los caprichos divinos y mientras más pobre e ignorante es, más profundamente se arraiga tal conducta hacia su dios.

La descripción de tal conducta en las religiones, podría no tener mayores consecuencias en la vida diaria, en particular si se desarrolla algún progreso moral. Pero en algunas religiones o ideologías vigentes aún, tales principios siguen dañando la vida de millares de personas. Los ataques de terror perpetrados en Occidente en especial, pero no solo, son un ejemplo latente de todo lo antedicho. En especial en cuanto a la Yihad, cuando en múltiples y actuales ocasiones, se cobran tantas víctimas individuales. Los países de Europa Occidental son los más endebles y fácilmente accesibles por aquellos “defensores de Alláh”. Un maestro es acuchillado porque mencionó al gran profeta en su clase. En uno tras otro caso, se verifica la incidencia del principio islámico en actos individuales, que la mayor parte de las veces no pueden ser advertidos de antemano. Las políticas europeas de favorecer la emigración desde países donde domina el Islam, casi sin reservas, ha despertado también mucha oposición. Partidos de extrema derecha están ganando terreno día a día, lo cual tiene peso en esos países. Es que además de generar oposición interna a la inmigración, en el futuro esto tendrá importancia en las acciones de Europa ante el tercer mundo, que es el origen de aquellos emigrantes forzosos.

No estoy seguro si se están cumpliendo las promesas de Samuel Huntington en su “Choque de civilizaciones”, pero sí que hay una cierta dinámica de cambio también en algunos países de orientación musulmana. Esto es al menos una aspiración con ciertas esperanzas de un mundo mejor.

El reciente ataque bárbaro de Hamas a Israel, hace temblar a Occidente, pues se aprecia que también a ellos les llegara su turno.

Josef Carel

2 comentarios sobre “El Golem de la Yihad

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.