El sueño de Luisita


Anoche, cuando en mi alcoba empezaba a desnudarme advertí que me dormía del perfume de sus trajes.

He visto a los Reyes, madre.

Visten clámides bordadas con dibujos orientales.

De los tres Reyes, el viejo, dijo con sencillo lenguaje:

Duerme, niña, duerme. Que pronto estará contigo tu padre.

Ya regresan de su lucha, ya terminan sus pesares. Ya puedes contar la dicha de decir que tienes padre.

Y puedes ir recogiendo los ramilletes de azahares, para irlos devolviendo, entre risas, a tu padre.

Al oír tales noticias, hice ademán de abrazarles y cogí un rayo de luna

que entraba por los cristales.

En mis mejillas quedaron las huellas de aquel mensaje, que quiero compartir contigo para que no llores, madre.

Esto fue lo que dijeron los tres Reyes orientales, qué montados en camellos de algodón, los fue deshaciendo el aire.

Salomé Moltó

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