CUANDO TERMINE EL VIAJE


Sin sombras se apagará la Luz.

Vendrá eso que llamamos noche.

¡Todo tinieblas sin otro futuro!

¡Nada desde lo importante!

¡Todo oasis en los espejismos!

Vendrá el recuerdo en silencio.

¡No habrá confusión de bombas!

Ni otras bravatas sempiternas.

¡El orden no será fustigante!

¡Todo duende, con mirada furtiva!

Ya no veremos el vicioso ejercicio,

será el subjuntivo subordinado.

¡No se verán huracanes veleidosos!

¡Ausentes los derechos humanos!

Siempre serán los mismos rostros.

¡Nunca podrá desearse certificado!

El Viaje solo tiene única Estación…

¡Serán siempre invernales, lúgubres!

¡No habrá revisores, por inútiles!

No caben ya las trálagas chanceras.

¡Imposible refugiarse, son marismas!

Se perdió en la Nada, el Todo…

¡Se difumina el perfiles de los sueños!

El orgullo quedó petrificado.

¡Nunca florecerá el pensamiento!

¡La Felicidad es monumento altivo!

¡No se sabe navegar por los océanos!

¡Distancias limitadas entre ‘tú y yo‘!

Los alimentos siempre imaginados.

¡Estaremos esperando en la estación!

¡Perdimos el derecho a opinar!

El telón impedirá ver teatros fingidos.

Esquivaremos la sonrisa soslayada.

El corazón dejará de marcar el paso.

¡Amar no será posible, nunca más!

Se trata de otra hora, de otro tiempo.

Cuando termine el Viaje; ¡nada más!

El silencio será ‘nuestro escenario’.

¡No seremos civilizados, nada más!

¡La belleza fija, aterida, sin imagen!

Mientras tanto seremos recuerdo.

¡Todo será difuminado, extinguido!

¡Del silencio surgirán otros poemas!

La experiencia quedará petrificada.

¡Cuando termine todo, solo habrá vacíos,

versos espúreos, muy lejos!

La Nada mecerá lo que fuimos, la

Nada será nuestro reverso eterno.

Floreal R. de la Paz

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