Cogió unas cuantas galletas de chocolate y se sentó en la pequeña terraza y mientras las saboreaba iba recordando tiempos ya lejanos y la gran cantidad de acontecimientos que había vivido.
Bueno, es lógico cuando se es mayor ya poco te queda por vivir y vives más recordando el pasado que trazando proyectos de futuro, pensaba a cada momento, en cambio, no fue así, centrando la vista vio a Carlos su vecino justo del balcón de enfrente qué salía a fumar, pues su esposa no aceptaba el humo del cigarro.
Bajo lentamente las escaleras hasta el patio que compartían todos los vecinos del edificio y se ocupó del arreglo de las macetas con los geranios y rosales de su lado y que le correspondían, observó que las plantas de enfrente, de su vecina la mujer de Carlos estaban abandonadas. “Esta mujer no es capaz de nada, ni siquiera de regar las plantas, se le van a morir, bueno lo haré yo” Es difícil saber cómo son las relaciones personales de cada cual con sus familiares o amigos
Esta vez oyó la sirena de los bomberos, casi a la vez que la de la Ambulancia. El fuego fue a penas un conato y la Ambulancia se llevó al vecino Carlos que había caído por la escalera.
Días después Dª Laura recibió la visita del inspector de policía que la estuvo interrogando.
.-Vera Dª Laura, es usted mayor y quizás no se haya dado cuenta de lo que ha acontecido, pero estamos averiguando un intento de asesinato. La esposa de Dº Carlos está imputada. ¿Nos puede aportar algún dato?
– ¿Qué dice, Elsa, la esposa de Carlos es una excelente persona y él ha sufrido una caída, simplemente.
.- Los escalones de la escalera habían sido rasgados y por eso se cayó. Y que sepamos, sólo él subía y bajaba por esa escalera.
.- Si averiguo algo, ya se lo comunicaré.
Dª Laura se quedó profundamente pensativa ante la terrible noticia y de cómo una pareja tan encantadora pudieran llegar a estos extremos. Está claro que nunca legamos a saber todo lo que la vida nos puede reparar.
Salomé Moltó
Kosas y algo mas 