¡Vergüenza política en gobernantes!


* No es lo mismo hablar de un ‘político’, que despejar toda duda de “las políticas gobernantes”. El político tiene calificativos, extraordinariamente funestos. Lo imposible queda por demostrar que un ‘Sr. político’, sea o pueda ser persona respetada. Pero, claro, cabe entender, visto que las costumbres oficiales son breves, casi fugaces, por donde poder tomar los componentes del respeto; pero sin que debamos sancionar el error, la soberbia, los absurdos y las disimuladas causas, para poder ir, caminar, con la mente solvente.

* ¿Qué suele haber en los umbrales de los políticos, cuando su deber, se puede y debe certificar las grandes decisiones?

* Parezca o no que dependa de ‘ellos’, pues la puesta a punto de lo que la Sociedad reclama, tanto igual “son culpables”, cuando ‘las dificultades Ciudadanas -que son poco menos que urgentes-’, quedan olvidadas; es decir, no se desarrollan con prontitud, y jamás, quedan satisfechos los Ciudadanos, que pacientemente esperan poder reparar, todo lo que “según las leyes oficiales”, deben estar cubriendo toda protección. Vaya, con la profesión del que tiene que decidir, resolver los problemas Sociales. ¡Qué juegos malabares utilizan! Alardean de ser los salva patrias -los llamados insistentemente ‘moderadores’, mientras que las generaciones cargan con el peso de las costumbres sufridas y por sufrir. El verdadero triunfo de la política, va sellando su porvenir, con ese Arte, que saben diseñar para ‘que no puedan suspender los proyectos’; aunque en el intento eviten el fracaso; ya que están protegidos por los beneficios del transformador malvado dinero -aunque con reservas muy seleccionadas, ocultando, escondiendo su falta de ética, por estar ausente; a sabiendas de que ‘en la conducta de cada cual, si le falta el principio ético, pierde mucho, al no dar la Talla Social. Se piensa y se dice bien `lo de malvado’, porque no cabe duda, son rasgos indignantes para hacer el bien; cuando los poderosos ingresos, no alimentan satisfactoriamente la necesidad y el compromiso que obliga a mantener en la conducta, cierta honestidad.

* La política, desafortunadamente, suele encubrir en los egos triunfalistas, el verdadero comportamiento, ya que huye de la seriedad razonable. Claro que, según con quién se debata el porvenir; eso que sirve para que el Mundo no se rompa más de lo que ya está; pues bien, habría que depurar los escabrosos deseos, por muy estimable que resulte fingir, en demostración del beneficio que suelen perseguir -desde los intereses políticos-, a través del gesto ilusionista, por el que gana siempre la garra, la trampa y el disfraz de toda política de Estado. Aunque bien es cierto que siempre se debe poner de moda, que muchos opinantes, rechazan ‘el principio político’; creando por ello, otro horizonte, por el que se debe caminar sin trampa ni cartón -que suele decirse desde siempre-. A ver, tumbar la política de Estado, ¡nada fácil! Pero cuando menos, son demasiados Ciudadanos que utilizan el desprecio, como arma arrojadiza, por la práctica del “politiqueo”; siendo el mismo, que desea escapar del Lujo político; del Negocio político; de la falsedad ‘en Suerte’ de toda política: También, salir del mundo ese, tan deformador de costumbres, necesarias y convenientes; en la Vida responsable de toda circunstancia Social; porque es así que “el Mundo -que estamos todos- podría rendir pleitesía a las Libertades, a los Derechos sociales, a la Cultura Libre; también al mejor de todos los proyectos de Vida: Simplemente, porque la Vida no debe ser comprada ni vendida: ¡Simplemente, porque no tiene precio!

Colaboración de Floreal Rodríguez de la Paz

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.