Una preocupación sentimos cada vez con más fuerza, pues los acontecimientos políticos que estamos viviendo últimamente nos tienen desconcertados. El Sr. Trump ha ganado las elecciones en EE. UU. Algo que nos parecía imposible, después de los atropellos que protagonizó hace unos años con el asalto al Parlamento de su país y el dinero que tuvo que pagar a una chica que se supone que violó o abuso sexualmente, y también vemos a un joven multimillonario dando saltos y alabando al presidente americano. Ello nos recordaba al presidente Argentino Sr. Milei con su motosierra cortando, el césped, se supone. Un montón de escenas absurdas sobre todo para personas que representan a un estado democrático, por lo menos así lo creen muchos votantes, que son la máxima representación de una sociedad democrática.
Si Montesquieu viera el uso que hacen de su filosofía y planteamientos políticos, creo se moriría del susto.
Pues hace ya más de doscientos años que este filósofo y sociólogo, como digo, presento sus tres elementos indispensables para regir una sociedad como son el Judicial el Administrativo y Penal con el firme deseo de que una sociedad teniendo sus poderes administrativos divididos de tal forma no sería posible dictadura alguna ni de derechas ni de izquierdas.
Una si avanzada tecnología nos puede suponer que las bases sociales tanto tiempo utilizadas y que han podido permanece a pesar de las dictaduras que hemos vivido, van a ser destruidas, ese es el gran temor. Y buena prueba de ello es la actitud del Sr. Putin eliminando a todo contrincante y amenazando con el uso de las bombas nucleares
Muchas personas y se supone carecen de recursos y soluciones debidas, vuelven a la solución de un ser omnipotente de nos salvará a todos y los buenos, claro, viviremos eternamente en el paraíso. !Pues si será una resurrección¡ pues no, se trata de una reencarnación¡ le contesta otro¡ y así vamos.
Este país, España, vivió una muy cruel dictadura, durante cuarenta años, pero las personas adictas al régimen podían comer a dos carrillos como decía mi abuela, los demás sufrían un hambre atroz, y así tuvimos más de treinta mil muertes de tuberculosis, luego vino el tifus, la tos ferina, el sarampión y mucho después la democracia y empezamos a guardar la esperanza de que las cosas iban a cambiar para un bien común, si se cambia un poco seguimos esperando aunque esta espera se haga eterna.
Salomé Moltó
