La genialidad de Jesús Quintero, ‘periodista irrepetible’, bien que dejó el mejor estilo, haciendo diana en la Verdad -y decía que todo es mentira-: “La Iglesia, el Deporte, la Política, los Ricos, el Mercado, la Banca, los Jueces, la Justicia”. ¡Todo es Mentira! Y siendo Verdad que Jesús se marcho, cabe decir de su Arte en la Comunicación: ¡Su especialidad, tenía que ser recodada; sin que importe ‘dónde está’. La Mentira fue inventada por la ambición de ‘los dioses’; por muy de paja que se imaginen. Mentir es uno de los ejercicios del que está dotado ‘de grandilocuencia’. Son como rémoras de Sociedad que sueña; será suya algún día, todo lo existente en la Sociedad.
Pero hay que despejar cualquier duda, sobre el asunto de Mentir. ¡Una Mentira “registra precio alto”! Vale más que todo el paraíso Humano; práctica de los dotados en la Divina Comedia! Merece especial preocupación lo que ocasiona tanto descontento. El Mundo está manejado por una semilla condicionante, que sirve para cosechar discordia, sufrimiento; con aventuras incontroladas; porque así lo quiere el ‘reino de los cielos y de la política -desde el interés por la fama y los capitales’-; que buscan siempre lo trágico, lo inútil, las tibiezas, el despilfarro, la desventaja, lo injusto y las algaradas improvisadas. Propio todo ello, desde el momento en que, obligados, pasamos todos por el confesor; el mismo que descansa entre lo terreno y lo divino. La Mentira compra lo falso, porque germina, mientras el futuro espera incierto; depravado en los fugaces destellos del principio más preciado. La Mentira tiene sus valores; pero los valores más importantes y comprometedores, serán siempre los autores que inventan el fracaso de la Mentira; los personajes ‘que la utilizan’, necesitan ‘el engaño’ para lograr objetivos, que son los intereses pretenciosos.
Mentir son juegos de maldad, porque buscan lo que no se tiene, por imposible que parezca; ‘perciben los placeres satisfactorios desconocidos’: que en definitiva es ¡saciar lo impropio! Para llegar al fin concreto, como deseo que utiliza la estrategia conveniente del licitador. La Mentira es la trampa que sirve para confundir y para soterrar ‘la belleza del entendimiento entre los seres humanos: ¡Es la expresión enfermiza, débil, de la mezquindad! Tiene la Mentira lo incierto y lo abstracto del diálogo, que debe expresarse con los demás, puesto que merecen la mejor transparencia; siempre con la lógica de la sinceridad. No tiene demasiado sentido, utilizar la argucia, para conseguir objetivos Sociales, en favor del progreso y la empatía. Los que ‘la practican -la Mentira-’, pertenecen al gremio de los enredos y de las costumbres nefastas en el juego de los fines lucrativos: Eso que tanto daño produce en las circunstancias del ‘mundo desvalido’. ¡Podría ser Verdad, pero no lo es! El Mundo es el juego de los ‘dioses’; se trata de un juego que debe desarticular ‘las jugadas políticas, desde los estados gobernantes: ¡Todos! No debe subestimarse que “despierten las Luchas adormecidas”. El Ser Humano Habla y Escribe -Pero no es suficiente-; el Ser Humano sueña y promete; el Ser Humano no debe ser agraciado, cuando dice lo que más tarde es Mentira. ¡El Progreso debe ser apolítico, por siempre!
Floreal Rodríguez de la Paz
