Mi vida no es tu vida ¡Es mía!


Sólo podría ser, aquello que tiene pensamientos de lujo: ¿Cómo interpretar que ‘tu vida es o debe ser de lo más privado’? ¡Nada fácil! Pero bien es cierto que “La Vida”, en el supuesto de que el género humano entienda -sin lugar para la duda-; será probable que satisfaga ‘a ciencia cierta’, lo que el tema de la Vida muestra, ofrece, enseña y promete, pero sin reservas, ante el civilizado criterio educativo. La Vida no es una Ley política; es y será siempre una Ley Natural. Y cuando a la Vida se le pone ‘precio’ es porque las Aves de Rapiña -siempre de instinto humanoide-, interviene y se apropia del ‘derecho a ser o no libres’. El derecho a la Vida pertenece, porque es propiedad, a sus actores; dejando certificada la larga lista de conformidades; larga en definitiva -para siempre-, porque la Vida no puede ser un juego; o un truco que desmerece ser entendida. Los legisladores que prometen ‘bienestar’, una vez que dicen pertenecer les, poder certificar lo que plasman en los reglamentos sociales; pero sólo aventurando éxito probable: ¡Nunca basado en criterios prometidos! Mucho menos, ante las ausentes verdades, que nunca fueron aplicadas, por el Arte de la Razón Pura.

.* La bravata de los políticos y las promesas para los Ciudadanos, son la constante, para impedir que se pueda disfrutar de las libertades, propias del Derecho Cívico, al que pertenecen las grandes propiedades del bienestar y los mejores condicionantes de toda ‘conducta’; aunque se queden por el camino andado, los mejores episodios, disfrutando -sea cual sea el osado comportamiento- del sosiego tan necesario siempre, sea cual sea la circunstancia del momento. ¡Nada ni nadie puede usurpar la Vida de los demás! Y cuando se observe “la privacidad”, inmediatamente se puede certificar ‘la Lucha reivindicativa’: con los valores de las rebeldías -exigentes-, que deben cuestionar todo aquello que traiciona, obstruye o limita, las medidas Sociales, contra la injusticia; sea cual sea el interés o la Cultura que la defienda. La Vida no puede ni debe ser cuestionada; mucho menos para beneficio de ‘la jauría política’ -o los dioses que suelen modelar, en beneficio de su propio éxito-; la misma que siempre va de señores poderosos. ¡El Poder Político siempre es Maldito! Porque la Cultura no pertenece a leyes de cualquiera que sea el modelo politizado, con el principio que pudiera certificar ‘al Estado’. Las cuestiones de la Vida, vienen acompañadas, poco menos que siempre, de mensajes, de sorpresas, de lujos, dicterio y o ‘leyes que las pudiera -crear o parir- cualquier prestidigitador’. Vivir cuando la Sociedad está acariciada por circunstancia climática o territorio del espectacular despeña perros; terminando en apocalípticos escenarios; pero sin alcanzar las preferencias deseadas. Extraño, muy extraño tener que confirmar la costumbre de ser marionetas -los Ciudadanos- de leyes exigentes del capitalismo y de los engreídos dioses políticos; que fueran diseñados por los intereses lucrativos, para que sólo disfruten, personalismos acreditados; eso sí, con el beneplácito de los magnates, siempre protegidos, ya que son industrializados y perpetúan los fines.

* Pero el mayor de todos los pormenores, son aquellos que ‘permiten la impunidad’, cuando las costumbres bien que son dominantes, gracias a las políticas, a las que somos sometidos, a pesar del prometedor concurso, con todo aquello que ‘pertenece a todos, pertenece al Ciudadano que consume diariamente, la atención a su mantenimiento social y sus ancestrales costumbres: ¡Sin ellas -las costumbres- el Ciudadano es cosa sin importancia alguna. Tendríamos que analizar algunas patologías Sociales, con el fin de impedir que siempre tengan preferencia ‘los mismos’; bien dicho “Los mismos”; porque es de ‘ellos’ que depende el abuso, la miseria, lo triste insostenible y demás cosas de costumbres inapropiadas; no obstante siempre tocadas por el fastidio probable.

* Y la Vida, que es lo más valioso; porque de ‘ella’ depende toda clase de futuros; tendrá que seguir el curso de los proyectos, en caso de que prometan “larga Vida”. Aunque el presente tiene muchas brisas carenciales: Hay inseguridad; hay desesperación; hay ruidos innecesarios; hay personas no diplomadas en merecimiento; hay conmovedores resultados en la cultura política; hay riquezas inmerecidas; hay excesivos dioses, que no merecen ser atendidos; hay ejemplo de personas sin Cultura; hay diplomados sin ‘conocimiento de Causa; hay demasiadas costumbres que merecen su extinción; hay que terminar con la Ignorancia; sobre todo cuando la cultura que se defiende, no es más que ‘un pasatiempos’. Hay falta de persistencia, entre la Vida y la Sociedad que nos alberga; ya que estamos comprometidos por la consecución de mejoras Sociales, mejoras Culturales, mejoras en la tristeza que inunda, desde tanto reto, los campos del devenir necesario.

Floreal Rodriguez de la Paz

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