Cultura + Ignorancia


* No puede ser cierto ‘que sea cultura’ todo aquello que comienza con intereses’. Sin embargo, cuando media ‘la ignorancia’, se pone en tela de juicio, lo tangible fugaz; aunque esté fuera de uno mismo, como distante es cualquier oasis; pues todo aquello que se piensa, aunque no se logre alcanzar para vivir; suele dejar datos y ejemplo, cargados de éxito triunfante. ¡Siempre es buena hora para el optimismo! Las políticas, según cabe vaticinar, son serio problema en la Sociedad gobernada; y más cuando reparten a los ciudadanos, con enorme poder en la reserva política, a la que se nos acostumbra asiduamente’; eso, las tragedias oportunistas, que vienen envueltas de intereses lucrativos, desde la amalgama burguesa de todos los tiempos. Cuando es ignorante la Cultura, bien se puede certificar que estamos ante “todas las formas autoritarias”; que puedan conocerse entre ‘quienes “junto a la ignorancia”, se parapetan con la Adarga prometedora, sofisticadas formas para los gladiadores, cuando están doblegados a remar en las ‘galeras esclavas’; aunque no puedan tomar decisiones; ni poder disfrutar -sin esfuerzo- lo necesario para los nuevos ejercicios, desde la Paz que merece el Ser Humano’. Malditas las decisiones que unos Cuantos “señores y señoras”, esgrimen en el campo de ‘los encuentros’; sin resolver “el conflicto Social”; “sin resolver los enredos circunstanciales”; sin ultimar con decencia, cuanto termina en costumbres bélicas; siendo siempre abominables. Es decir: Se puede ignorar lo que pueda suceder mientras los años cubren, con su destreza, lo más parecido a conocer “el por qué suceden las monstruosidades políticas, desde el binomio político, siempre desde la hábil consideración del Estado, sobre todo cuando está gobernando, por el deformado pensamiento de personas que se autoflagelan; ‘aunque sólo sea para disimular’, que, jamás, será posible terminar con los Conflictos Sociales, mientras se legislen leyes, desde las cuales se pueda prescindir o terminar con la “desorientación que imponen a los ciudadanos”; el Estado, los Dioses, el Dinero, la intrépida costumbre de tener que Obedecer: los Empresarios, las Leyes y ciertas costumbres temerarias, desde los Poderes que se creen saberlo todo. La ignorancia tiene su Cultura; y también su orgullo; sin olvidar que todo está asentado en las cabezas pensantes, desde donde luego derrochan alegrías y derrotas. Se sigue teniendo firme propósito para seguir las luchas de consenso. La ignorancia puede ser ‘consciente’, porque entiende que estamos sometidos a los retos más espeluznantes conocidos. Poco es lo que empieza y termina como fuera deseado. Citar, por caso, que son demasiadas formas encontradas, mientras se despejan los valores de la Necesidad. “Nunca fuera imprescindible soñar”. Y menos cuando lo que sucede es, lo contrario de lo que se suele ver en cualquier escena visual, de cada momento en la realidad cercana. ¡No vale el esfuerzo de la ignorancia! Hay que revelarse constantemente, contra todo aquello que aflige. La Vida es otra forma de tener que asumir, ante la obligación provocadora; que nos enseña el disfrute de la conquista por la Felicidad; sobre todo, cuando es el mejor de todos los lujos de la Libertad. Debemos ser conscientes del ejercicio constante; practicado con asidua costumbre, aunque no hay que precipitar los acontecimientos, que pudieran improvisar. La ignorancia es una patología Social; ya que, por cierto, es imprescindible para las costumbres ambiciosas; es más, cuando las formas de la contradicción, también, ante la realidad; según convenga al licitador.

Floreal R. de ls Paz

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