Lo sabía. Todo estaba preparado para recibirme, pero, acaso porque noté el miedo de mamá, me resistía a abandonar el nido tibio, acogedor, donde nada me perturbaba. Miraba mis manitas, mis pies diminutos, me ponía un dedo en la boca, me daba vueltas una y otra vez. ¡Estaba cómoda, calentita y feliz! Afuera había ruido … Sigue leyendo El dia de mi nacimiento