Javier entró en la casa dejando caer la maleta y sentándose en el sillón completamente agotado. Tantas horas de vuelo, el incómodo asiento, lo que tuvo que caminar para encontrar un taxi, en fin, toda había contribuido a aquel cansancio que lo dejó postrado más de una hora en el cómodo sillón de tía Eulalia. … Sigue leyendo Las llaves
