Cierta vez…no se escuchó el sonar de la campana
ni tampoco el canto del pajarillo.
Cierta vez… el sol no amaneció
ni tampoco brilló la luna.
Cierta vez…el mar no trajo las olas
ni tampoco llegó la marea.
Cierta vez…nada pasó
ni tampoco alguien se percató.
Cierta vez…el mundo llegó a su fin
y nadie lo lloró.
Beto Brom
Galilea, Israel
MUY BUENO
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Agradezco tus huellas.
Shalom
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Cierta vez sucede que un poema nos toca el corazón, como es en este caso.
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Contento entonces, la consigna fue lograda.
Abrazotes, amigaza
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Ojalá la marea nos siga trayendo tus versos.
Gracias!!⚘
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