Baje corriendo por el desfiladero
tome aliento en el camino
llegué ansiosa por darte un abrazo
de cubrir tu cuerpo con miles de besos
Pero tu coche había partido
por una angosta carretera
y quedé triste y desolada
comiendo con rabia los besos
que no he podido darte
No volvé a subir con desencanto
esa pendiente y dura cuesta,
quizás vuelvas a por algo olvidado
y me des la ocasión de borrar
el profundo dolor, la angustia vital
que habita mi ser, por tu ausencia total.
Cuidaré los matojos y regaré las flores
mientras mi vista se pierde a lo lejos
viendo el horizonte vacío
que intento cubrir con tu recuerdo.
Salomé Moltó
Gusté leerte, colega de la pluma.
Shalom, amigazo
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