El idiota – categoría judicial y humana


Para introducir en el tema, se supone una situación para nada hipotética, aunque podría tener muchas variantes. Una persona asesta una puñalada a otra y la asesina. Pongamos otro ejemplo, un terrorista que embiste con un vehículo a un denso publico en una calle de una conocida ciudad. Lo que viene luego de cualquiera de estas escenas, serían los medios de difusión haciendo uso de ellas para sus fines inmediatos de vender sus publicaciones. Recién entonces, bastante más tarde, deviene el verdadero enfrentamiento entre la sociedad, representada por el estado en el sistema judicial contra el victimario, ya que se trata de hechos criminales.

Cuando se trata de una cuestión criminal, que incluye daños físicos, o muerte de otro u otros ciudadanos, es el estado el que actúa como acusador, por medio de sus fiscales. Por supuesto, existe el derecho natural a la defensa del acusado, por lo general por medio de un abogado, cuyos servicios pueden ser alquilados privadamente o en caso de que el acusado no disponga de los medios, un abogado publico, sufragado por el estado.

Hasta aquí una descripción técnica de la situación creada y que sirve de escena al principio de lograr “justicia”. Esto se define como…  “un valor determinado como bien común por la sociedad… la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de pautas y criterios que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de estos”.

El acto judicial que se lleva a cabo, trata entonces de determinar los hechos en si, pero también sus causas. Podría tratarse de una acción por parte del victimario, destinada a su propia defensa, cuando este explica que fue atacado y su vida “estaba en peligro”. Aquí las partes tratan de determinar las medidas de “peligro” y dirimir la situación de conflicto. Pero por lo general sucede que el acusado, no tiene a su favor ninguna situación atenuante que pueda justificar su acción y entonces el juzgado, acepta la acusación de homicidio, cometido contra otra persona. Puede ser premeditado, es decir planificado de antemano, lo cual agrava la situación para el acusado, pero podría ser un acto intuitivo inconsciente.

Existe en los medios judiciales una cierta situación atenuante y que muchas veces puede ser determinante en este tipo de casos, por el cual se interpreta que el acusado, al momento de cometer su delito… no estaba en posesión cabal de los hechos, es decir que perdió en esos instantes previos, la capacidad de razonar. Se considera esto como un estado de insania mental, como explicación posible de una actitud asesina. Se procede entonces a la intervención de profesionales en psiquiatría, los cuales podrían determinar la situación psíquica del acusado al momento de cometer el crimen. Muchas veces este procedimiento es discutido por las partes en el juicio, pues resulta importante, para definir el castigo a determinar por los jueces. De tratarse de manera probada, que el acusado sufre de insania mental, puede evitarse el castigo carcelario y en cambio, ser derivado a una institución psiquiátrica, donde podría, amen de recibir algún tratamiento medico, pasar sus días en una situación más cómoda, evitando el ambiente carcelario.

Hasta aquí todo este preámbulo, para arribar a una propuesta, que al parecer nunca ha sido considerada por el sistema judicial, aunque si por algunos filósofos o estudiosos de la naturaleza humana.

En concreto, muchas veces sucede que una persona comete una acción dañina o perjudicial, sin haber perdido sus cabales. Los victimarios suelen estar en total posesión de sus facultades. Tomemos como ejemplo sencillo, aun cuando sumamente grave, de un hombre que asesina a su esposa, mata a sus hijos y luego comete suicidio. Otro ejemplo clásico, lamentablemente muy repetido en los últimos tiempos, cuando una persona, ataca a un publico de personas inocentes, asesinando a varios, o muchos de ellos. No obstante, se trata quizá de un militante en un grupo religioso o ideológico, pero en si la actitud asesina es la misma que en el caso anterior. También aquí, el atacante suele sacrificar su propia vida.

La propuesta consiste en crear una categoría particular diferente a lo anteriormente señalado, para definir los motivos que podrían estar detrás de tales acciones asesinas, a la margen de si se trata de insania mental o no. Quien actúa así no tiene ningún atenuante.

Creemos sencillamente que se trata de una persona Idiota, y aunque se define como “un retardo mental agudo”, también es sinónimo de términos como: Imbécil, Retrasado, Deficiente, Anormal y otros menos graves, como ser: Lelo, Memo, Cretino, Majadero, Papanatas, Necio, Mongólico, Insensato,etcétera. La lista puede ser enorme, pero en todos los casos, describe a una persona cuya actuación puede ser sumamente dañina y perjudicial, para la sociedad que le rodea, pero incluso para si mismo.

Esta afirmación al respecto de la naturaleza humana, se opone profundamente a la suposición de racionalidad del ser humano. Muchas veces se consideró que la persona no racional, adolece de conocimientos, y que posee un bajo nivel de inteligencia y por ende sería incapaz de evaluar correctamente sus propias actitudes. Desde la ética de la razón pura y practica universales desde Kant hasta los estudios psicológicos sobre las actitudes humanas, se extiende un profundo abismo, que obliga a repensar totalmente al ser humano.

Suponiendo el caso antes citado, de un hombre que asesina a su propia familia y también pone fin a su vida, actuando por motivos profundamente emocionales, no cumple con ninguna razón o lógica “sana”. Ésta consideraba que si el ser humano no obtiene ganancia alguna de sus hechos para si mismo, comete una estupidez sumamente aguda.

Es paradójico, que haya sido un historiador económico, quien desarrolló una definición sencilla pero impactante, sobre tales características humanas. Es la Teoría de la estupidez humana del economista italiano Carlo Cipolla, y que se centra en torno a cinco leyes o principios que lo definen. No obstante, estas leyes tratan de la persona individual, pero sin duda alguna, puede ser extendido a la sociedad humana en su totalidad. Por ejemplo, el principio de que la persona estúpida no gana nada para si mismo cuando daña a otros. Es el caso del asesino de su propia familia, aunque es también la actitud de la humanidad entera, cuando con sus acciones daña e incluso destruye, su propio hábitat, acelerando la hecatombe mundial, y quizás, el fin de la humanidad entera.

Sin entrar en mayores detalles en cuanto a estas características absurdas del ser humano, retornamos al sistema judicial, y sus principios. Es evidente, que esta categoría humana tal como está aquí propuesta, nunca antes había sido desarrollada en ningún aspecto legal y, por lo tanto, no tiene lugar en el sistema.

Su estructura, tal como se concibe en la actualidad, debería entonces pasar por una total reestructuración para que pudiese hacer uso de esta inusual categoría. No es el momento ni el lugar adecuado para estudiar su implementación, pero si se debería considerar como opción viable.

Además, siendo conscientes de lo extensa que pueda ser, podría ser fácilmente reconocida como deficiencia. Entonces quizás la humanidad, podría saber elegir mejor a sus lideres y dirigentes, obviando directamente una serie de elementos indeseables. No sabemos si la estupidez tiene cura, aunque probablemente no. Por lo tanto, debería proclamarse la institución de los medios destinados a estudiar esta opción y promover los medios para erradicarla o al menos para disminuir su dañina influencia.

3 comentarios sobre “El idiota – categoría judicial y humana

  1. Cuanta profunda realidad en este texto y el camino sólo lo encontraremos, con la formación del ser humano, dotándole de cualidades y responsabilidades. Pero, ¿tal actitud le interesa al sistema que nos domina? Yo creo que no.

    Salomé

    El 21/12/18 a las 12:04, Kosas y algo mas escribió: > WordPress.com > josefcarel posted: «Para introducir en el tema, se supone una > situación para nada hipotética, aunque podría tener muchas variantes. > Una persona asesta una puñalada a otra y la asesina. Pongamos otro > ejemplo, un terrorista que embiste con un vehículo a un denso publico > en una» >

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