Del Código Abierto a la Democracia Directa


En estos días de encierro he tenido la oportunidad de trabajar sin apuros en poner en práctica el cambio del sistema operativo de mi computadora comercial por uno libre. Se trata de adoptar el tipo de sistema denominado Linux, que pertenece al género de Código Abierto (Open Source en ingles).

Los sistemas comunes y conocidos que generalmente vienen instalados en las computadoras, son el Windows de Microsoft y el Mac de Apple, pero estos son comerciales, cuestan dinero y no son para nada flexibles. Luego es necesario instalar las aplicaciones de apoyo, como el Microsoft Office (Word, Excel…), que también hay que pagarlos y aunque generalmente el vendedor se ocupa de instalarlo, muchas veces son versiones ilegales.

Los sistemas Linux, son ante todo abiertos y libres lo cual es lo más importante. Además, para el usuario son gratuitos completamente. Lo mismo todas las aplicaciones que se necesitan para poder hacer uso practico de las computadoras. Estos sistemas abiertos son desarrollados por grupos de personas que lo hacen de manera voluntaria, aunque cuando se ofrecen a empresas comerciales, son servicios remunerados, pero no obstante, se trata de costos mucho más bajos que los comerciales.

Para tener una idea de los tamaños de las empresas (o grupos en el caso Linux), veamos algunos datos comparativos:

Microsoft, la que produce el sistema Windows y el Office (Word, Excel, etc.) sus ingresos anuales sumaron al año 2019 casi 126 billones de dólares, ocupando unos 150,000 empleados. El usuario paga por el uso del sistema Windows 10 Pro unos 200 dolares al año y por el Office 365 unos 100 dolares anuales. Claro, que siempre y cuando se trate de programas legales. Unas 1.500 millones de personas en el mundo son usuarios de sus programas.

El grupo Canonical de Inglaterra, que produce el sistema Linux Ubuntu, tuvo unos 110 millones de dólares de ingresos (por la venta de servicios a empresas comerciales) y emplea apenas unos 450 profesionales. Debido a que los programas de Canonical son gratuitos y se descargan directamente de sus servidores y de otros sitios de Internet sin costo alguno, es difícil saber la cantidad exacta de usuarios en el mundo, pero se estima en unos 20 millones.

El grupo Libre Office, radicado en Alemania, que produce el sistema de programas de oficina, similares a los de Microsoft, ocupa apenas 10 empleados remunerados, y tiene un ingreso de 10 millones de dólares anuales. Unas 200 millones de personas en el mundo usan dichos programas.

Hay otros puntos de comparación e indicadores sobre las grandes diferencias entre ambos tipos de empresas. Creo que lo mencionado es un buen indicador, pero entonces se plantea la diferencia de los métodos de trabajo, lo cual responde a los principios en los cuales se basan ambos.

Mientras que lo vigente en el mundo comercial es, maximizar ganancias, Linux se basa en la apertura, la transparencia y la participación de todo aquel que este interesado y quiera colaborar de manera voluntaria. De esa manera pueden estos grupos del sistema Linux hacer el trabajo con tan poca gente. Entonces mientras el equipo fijo y asalariado inicia los proyectos y también da servicios pagos a empresas comerciales, miles y miles de voluntarios en el mundo entero, colaboran en la puesta en marcha, el desarrollo y actualización de los proyectos para uso individual. Entonces cabe la pregunta… ¿de que viven esos voluntarios? ¿Cual es su premio por tantas horas de dedicación? La respuesta está en el carácter del trabajo voluntario, que caracteriza a muchas otras ocupaciones similares en otros campos. El premio es el reconocimiento de la labor hecha, pero está forjado también por ciertos principios que son intrínsecos a los seres humanos, en oposición al célebre egoísmo de Locke, más bien por el contrario, seria Rousseau. En el manifiesto de constitución de los grupos Linux, figuran en primera plana varias frases alegóricas: “Si todos ganan, tu ganas”, “Yo soy lo que soy en función de lo que todas las personas somos”. Generalmente son gente que aportan de sus horas libres, mientras ocupan puestos de trabajo en empresas comerciales, pero a su vez aprenden de lo que ellos desarrollan. Dos o más personas, de distintos puntos del globo, pueden colaborar en un mismo proyecto, aun sin conocerse entre ellos. Existen plataformas de Internet que facilitan el trabajo, como ser GitHub. Este implementa un proceso de inscripción y registro de cada proyecto, pero también tiene una serie de reglas que se deben cumplir hasta poder largar a la red el resultado para el usuario final. Se trata de comunidades de programadores y usuarios que colaboran abiertamente en beneficio mutuo, y sin esperar ser remunerados.

Pero en esencia, lo relevante son los principios en los cuales se basa todo el sistema, pero que ya ha ocupado otras posiciones de importancia, en el rubro social general. Los principios se pueden reducir a modo explicativo en lo siguiente: Apertura (Código Abierto), Transparencia (todos ven y saben que hay, nada se oculta) y Participación (programadores y usuarios). Pero un aspecto no menos importante en cuanto a la práctica del sistema, es que en los grupos Linux no hay directivas centrales, jefes que sean quienes toman las decisiones y por supuesto tampoco gente con salarios monstruosos. Es una especie de anarquía, pero muy bien organizada. Nada se hace al azar, pero sí hay lugar para la toma de decisiones por consenso y para ideas y creatividad sin fin. Así, mientras las empresas comerciales ofrecen al público consumidor miles de aplicaciones pagas, en Linux se trata de cientos de miles de programas que el usuario puede descargar sin costo alguno. Pero más aún, en este rubro, todos los sistemas de Código Abierto son maleables y entonces cada usuario puede adaptarlo a gusto. Windows y Mac son sistemas cerrados y no hay nada que hacer, se debe usar tal como fue concebido. En Linux existen cientos de versiones diferentes.

Pero volviendo a la parte social que nos implica a todos, el sistema de Código Abierto ya ha hecho su ingreso en instituciones sociales, como ser comunidades, autoridades locales municipales, gobiernos regionales y otros. Bajo el lema de la apertura y transparencia, se busca abrirse a los habitantes de ciudades, estados y provincias, de modo que la gente sea partícipe y colabore también en la toma de decisiones también. En algunos lugares de Estados Unidos, como así en otros países, se han creado plataformas de Internet, que llaman a la gente a colaborar y participar. El sistema www. E-Democracy.org tiene como lema el … “apoyar la participación de los ciudadanos en la vida pública, fortalecer las comunidades y construir la democracia”. Estos medios crecen constantemente en un mundo en vías de cambio y personas que ya no están dispuestas a acatar porque si y quieren algo diferente.

Y no obstante, sigue existiendo una limitación critica para que todas esas ideas tan valiosas se conviertan en una realidad para todos, y es la falta de poder legal y efectivo. Entonces retorno a una propuesta mía anterior, tomar el poder, aunque más no sea de manera subversiva. Así poder redactar una nueva y diferente constitución nacional para reemplazar la democracia representativa por la Democracia Directa. Hasta tanto seguiremos desarrollando los medios institucionales.

Josef Carel

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