Todas las despedidas, generalmente nos entristecen. Hay algunas que nos crean una nueva esperanza de volver a vernos, así algunos vivimos mejor. Hay otras que son verdaderamente dolorosas: una madre, un padre que se van, solamente nos quedan los recuerdos…. La despedida o el adiós a un hijo, no se puede definir….es un luto difícilmente superable, pero la naturaleza es sabia, con el tiempo, seguimos viviendo con ese dolor. La despedida o pérdida de un amigo tan querido como un hermano, duele pero también nos quedan en la mente todo lo que hicimos juntos, nuestros secretos, vivencias, entre otros. Lo mejor de ciertas despedidas, lo reitero, es la ilusión que nos alegra la vida y nos hace hasta soñar despiertos. Esa sensación es personal e invalorable. Hay personas que lamentablemente son tan realistas, que no saben ni entienden lo que es soñar….
Regina Mizrahi