Vivir es sentir la vida, aprender de nosotros mismos es aprender de nosotros y de los demás. Es permanecer, mantener, de aguantar las caídas, de disfrutar los horizontes de las victorias, de reír, de llorar, de compartir. En serio vivimos el año pasado cuando en el fatídico mes de marzo tuvimos que aprender lo que es el COVID.19, el CORONAVIRUS o la PANDEMIA, palabras poco comunes que se volvieron nuestra realidad. Tenemos un año en el que escuchamos constantemente, a toda hora: Usar las mascarillas, guardar la distancia, lavarse las manos, hasta los niños lo repiten al llegar de la escuela. El confinamiento. ¿Eso es vivir? No, porque nuestras vidas se volvieron un suplicio: no podemos viajar, frecuentar lugares públicos, hacer reuniones de más de 100 personas y uf pare usted de contar. Pasado un tiempo, la situación comenzó a mejorar y nosotros a vivir, qué emoción podíamos viajar, salir frecuentar y VIVIR de nuevo. Una ilusión y una realidad que duraron poco tiempo, ya que hubo «rebrote» del COVID-19, las medidas se vuelven a aplicar, es decir usar la mascarilla y todo lo demás. ¡Bueno, pensamos será por poco tiempo, pero resulta que nos anuncian que llegó la variante DELTA y tendremos que VIVIR con ella mucho tiempo! ¡De nuevo, esto se volvió cotidiano, leemos o escuchamos casos nuevos de contagios, hospitalizados y muertos! ¡Esto no es vivir es prepararnos para no morir! Vivimos ocupados con nuestras cosas cotidianas, con nuestras alegrías, nuestras desesperanzas, tristezas o con nuestro duelo. ¡Eso era vivir! Muchos vivimos como si fuésemos eternos, no pensamos que el día menos pensado, pierdes el amor de tu vida, a tus padres, otros familiares o amistades. Entonces el mundo se te viene abajo y entiendes que nada es eterno. Muchos de nosotros no deseamos pensar que la muerte es lo que nos espera al final del camino recorrido. Vivimos con miedo o terror y ni siquiera mencionamos esa palabra. ¡Pues NO, los humanos, animales o las plantas también tiene un día en que el fin llega porque sí! Deberíamos aprender de otras culturas en las que celebran la muerte y no llevar a cabo todo lo contrario. Desde niños nuestros padres están en la obligación de enseñarnos lo que es la vida y lo que es la muerte, así llegado el momento nuestros sufrimientos son reales y no exagerados. Lo que tenemos que hacer es vivir con salud, estar en paz con nosotros mismos y con los demás, estar bien con todo y con todos los que me rodean. Porque lo que de verdad debemos es tener una vida plena, que no se compra con dinero: Amor, amistad, salud y felicidad. Todos necesitamos una vida tranquila para pensar, planificar o soñar, por qué no?. La existencia es a veces tan cruel que cuando soñamos o nos ilusionamos logramos vivir un poco más tranquilos. En resumidas cuentas VIVIR es una palabra muy amplia y cada quien muchas veces la acomoda a su antojo. Lo que de verdad es vital se llama VIVIR. Agradezco a D´s porque a pesar de estar siempre conmigo, me enseña, guía y me indica cuál es el camino a seguir. Le ruego que apoye a las personas que no viven porque están presas, torturadas, oprimidas, muchas se suicidan o mueren a veces de tristeza y frustración.
Regina MIzrahi