Negros y amenazantes nubarrones


Negros nubarrones se ciernen sobre el mundo. En muchos países y naciones, la derecha extrema se yergue sin tapujos, expeliendo de sus bocas odios ultranacionalistas, en los cuales se pierde el poco de humanismo que viene quedando de oscuros tiempos no muy lejanos. Por supuesto, ante todo, los primeros blancos de dichas flechas envenenadas son la gente extraña, no perteneciente, que llega a esas costas, muchos en busca de seguridad y simple vida. Pero también aquellos que piensan diferente y creen en la convivencia compartida y en la igualdad de las personas, son motivo de furibundos ataques.

Nada es extraño, y solo la participación silenciosa que otorga, de las masas ciudadanas, hace a aquello, mucho mas grave de lo que es. En parte, porque se trata de grupos marginales en cuanto a su tamaño, y aparentan ser inofensivos. No obstante, debemos recordar que, en tiempos recientes, todo comenzó así, desde las orillas marginales, pero quizá por sorpresa, tomaron el poder político otorgado por la democracia, lo cual de pronto los hizo significantes, y cuando las masas despertaron, ya era demasiado tarde.

Pero ocurre también, que hasta tanto las acciones de aquellos no le incumban directamente a uno, resulta ser, algo que “está allí, un poco alejado”. Esto es exactamente lo que me ha ocurrido a mi, cuando fui atacado personalmente por mis ideas liberales y humanistas. De pronto mi condición de “nacional”, fue cuestionada gravemente, ¿Cómo puede ser, que, pese a tus ideas antirreligiosas, ocupaste posiciones oficiales? Mas insultante aun, fueron los cargos de culpa por que mi hijo decidió residir en el extranjero. Una falla en la educación liberal impartida, fue el veredicto.

A esta altura quisiera aclarar que se trata de Israel, el país en el que resido desde hace mas de 50 años, y que fue por elección, por considerar que el judaísmo es una nacionalidad y no una religión. Así, se puede no ser creyente, pero aprobar el retorno de los judíos a su entorno nacional. Muy sencillo, un pueblo que nombra Reyes y crea un sistema político en un entorno territorial, con una cultura propia y una lengua común es, para mi, una nación.

Pero lo obvio para todos aquellos liberales y seculares, no lo es para quienes optan por la concepción religiosa. Estos, lejos de respetar al extranjero que vive entre ti, y recordar que “tu también fuiste un extraño en Egipto”, rechazan y escupen de entre sus entrañas a todo aquel que amenaza la integridad nacional judía. Paradójicamente, la mayoría de los partidos políticos de Israel, incluida la izquierda sionista, optan por el concepto de “nación judía y democrática”, lo cual es una clara contradicción. No puede ser un sistema “democrático”, en el cual todos sus ciudadanos deben gozar de los mismos derechos, también a nivel étnico y cultural, y al mismo tiempo definir a la nación, como exclusivamente… “judía”.

La mayor insolencia del concepto vertido por esos grupos religiosos, místicos y mesiánicos se resume en el concepto, “Pueblo elegido” y entonces ser, “Or la goím” (la luz para las naciones). Aducir también la propiedad absoluta de todos los territorios entre el rio Eufrates y el Tigris (el Nilo), como promesa mesiánica para el dominio de los territorios donde viven millones de palestinos, resulta para la corriente religiosa nacionalista, mas que suficiente. El principio de “Nosotros por sobre todo”, parafraseando al dicho nacional socialista, “Deutschland Uber Alles” (Alemania por sobre todo), tiene las mismas bases dogmáticas.

Soy sionista, y por ello creo en el derecho del pueblo judío a ser una nación soberana. Pero también, y sin desmentir tal concepto, se puede y se debe acordar formas de vida compartidas, multiculturales, otorgando también el derecho a expresar la nacionalidad de cada grupo y cada etnia dentro de un mismo territorio. Existen en el mundo suficientes ejemplos de vida nacional compartida, y este no sería un caso muy diferente. Solo el mutuo respeto y el reconocimiento del “otro” como igual o similar a uno, estaría en la base de un mundo mejor.

Josef Carel

5 comentarios sobre “Negros y amenazantes nubarrones

  1. ////Solo el mutuo respeto y el reconocimiento del “otro” como igual o similar a uno, estaría en la base de un mundo mejor.///

    Esta excelsa frase, sintetiza y destaca tu excelente puesta,
    100% de acuerdo contigo, javer
    Shalom

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  2. Gracias compañero. Realmente me parece algo sumamente tragico, como una epidemia. Creo que debemos oponernos y manifestarlo. Si la cosa va mal y llego a la carcel, ñpor favor traeme naranjas, sino lleva flores al cementerio.

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  3. No creo se pueda decir más ni mejor

    El 23/2/20 a las 14:01, Kosas y algo mas escribió: > WordPress.com > josefcarel posted: «Negros nubarrones se ciernen sobre el mundo. En > muchos países y naciones, la derecha extrema se yergue sin tapujos, > expeliendo de sus bocas odios ultranacionalistas, en los cuales se > pierde el poco de humanismo que viene quedando de oscuros tiempos no muy» >

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  4. Josef, tu escrito me parece fantástico y verdaderamente democrático. Y como aludís al tema palestino, te digo que la convivencia es posible, y el ejemplo existió ¡muy extraordinario por cierto! donde vivo actualmente, España. No podemos olvidar que antes de la expulsión por los Reyes Católicos, era ejemplar la convivencia de musulmanes, judíos y católicos, de lo cual quedan evidencias en muchas ciudades importantes. Felicitaciones, amigo.

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