He visto tus ojos que me observaban, mi pequeña y hermosa niña. Me ha
sorprendido tu inquieta mirada, sobre todo, porque me seguía allí donde iba
y mirando cuanto hacía.
Estamos atentos a todo cuanto haces, mejor dicho, a todo cuanto miras.
Ya tus ojos han cambiado, ya no miran desorientados ¿no?, Ahora te
fijas, nos sigues con la mirada, nos observas, y ¿qué aprendes hermosa
doncella? ¿Te es extraño este mundo? Por supuesto, pero no te
preocupes, mamá está cerca, allí observando la calle, acabas de tomar tú
pequeño desayuno y has dejado sus senos vacíos, déjala que repose no
va a tardar en volver, ya sabes que no puede estar mucho tiempo alejada de ti.
Es valiente tu mama, vuelve al trabajo dentro de unos días con esos
hermosos ojos y esos cabellos poderosos y dirá a todos, tengo una
princesa en casa que me espera, por la que voy a luchar.
No me mires de ese modo, esos brazos que también te estrechan son los
de papa, ya sé estás muy contenta con ellos, también las dos abuelas te
adoran, tíos, tías, sí, sí, pequeña, todos te adoramos.
¡Ah!, y ¿quién soy yo? Esa loca que va de aquí para allá y que no acaba
de reír, reír con fuerza porque ¿sabes pequeña, cómo has cambiado la
vida de todos los que están cercanos a ti? Y también los que estamos algo
lejanos, también pensamos mucho en ti, y aquí estamos intentando hacerte feliz.
Hago de payaso, muecas, risas y más risas, gesticulo,
muevo la cabeza, abro los ojos, los cierro, toco el pito, me quito la peluca,
soplo el tirachinas, vuelvo a gesticular, desde el marco de la ventana tu
mama me observa. “Mi tía se ha vuelto loca” , creo que piensa, pero tu
miras, los ojos abiertos y de repente se produce el milagro, te pones a
reír, con entusiasmo, con fuerza y es como un maná de dulzura y vigor
que nos invade, la preciosa niña ríe, nos ha regalado una carcajada muy
sonora, como diciendo:” Esta mujer está loca, pero es divertida”, lo
intento, mi amor, lo intento, ya que tu llegada ha sido como un regalo
lleno de amor y de muchas risas, todas esas que tu preciosa cara regala a cada momento.
Salomé Moltó
Qué bien plasmaste la alegría familiar, con la llegada de un nuevo ser al núcleo hogareño. Porque a la alegría inmensa de los padres, se suma la de los otros integrantes de la familia. Muy bueno.
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