Corría rauda una lágrima por su mejilla; él mismo estaba asustado, le habían pegado y amedrantado. Esperaba más golpes. Pero en ese momento el niño miró hacia la puerta que se abría renqueando como de costumbre. Entro la madre aterida de frío, sus ojos se fijaron en el “hallar” que seguía apagado, ni una ligera … Sigue leyendo Vuelta a casa