Me asomé a la ventana y observé la acera, seguía mojada; había vuelto a llover. Una figura obscura se deslizaba por el quicio de la puerta de enfrente, era un muchacho con gorra y ligeras botas. Pero no llamó al timbre de la puerta de entrada y eso me extrañó, estuvo unos momentos observando hacía … Sigue leyendo El portal de enfrente