Cuando en la soledad afloran recuerdos

Así le ocurre, cuando está sola, entonces rememora a sus padres, la familia, amigos verdaderos, algunos de ellos, de toda la vida.

La vida es compleja, en ocasiones sufre y le inunda la tristeza por la pérdida de aquellos que ya se han ido. Los amigos, con los cuales compartió tantas cosas, entonces añora aquellas tan gratas conversaciones, consejos recibidos, o algo que les hizo reír. Aunque a veces cuesta reconocerlo, al fin ha comprendido que la estancia de la persona en el mundo, tiene tales ribetes casuales. Que a veces ha tenido la suerte de tratar a personas maravillosas, que colmaron su existencia con momentos sin igual.

¿Por qué escribe esto? Porque cree firmemente que hay que expresar la verdad de los sentimientos, cuando las personas que se quieren, aún están vivas. En el largo trayecto de su vida comprendió, al fin, que no todas las personas tienen conciencia de lo que significa, querer o amar. Esa gente inspira lástima, porque solo viven para sí mismos. Qué extraordinario es querer a un niño y a un anciano. Uno comienza la vida, el otro está a la espera de su partida. Los niños son las personitas más inocentes y sinceras que existen. Los ancianos llevan toda una vida de enseñanzas.

Esa es la manera de percibir la complejidad de la vida, porque no todo está siempre claro, y se hace evidente en aquellos a quienes los mueve el interés. Fue duro interpretar las cosas así, pero al fin ha podido entender las diferencias entre las personas. Entonces fue capaz de discernir quién es quién. Son lecciones que debe a personas excepcionales que hicieron mella en su vida. Todo aquello fue capaz de plasmar en la escritura de textos, y desde hace un tiempo, también en la pintura. Al fin, todo es resultado de aquellos recuerdos que afloran en la soledad.

Regina Mizrahi