El niño oprimido

.-Esteban es el benjamín de una familia de trabajadores que han podido superar su delicada situación económica gracias al sacrificio y buena organización de toda la familia.

.- Sí, es verdad y ahora la hija mayor se casará pronto y la mediana ya tiene novio y va de paseo por el pueblo. Todos han superado su precaria situación, claro, salvo el pequeño, Esteban que no tiene nada de retrasado, unicamente que se ha criado al amparo de sus abuelos y hermanas y como es muy tímido pues no hace nada, se deja llevar por los demás.

Dª Eulalia, estuvo meditando sobre lo que se le había comentado con respecto a su vecino, un muchacho tímido y reservado y que todos consideraban un poco retrasado por su actitud y poca participación social. Sus padres murieron en un accidente de coche siendo él muy pequeño.

.- A ver, Estaban, necesito barrer la terraza y regar las plantas. Yo lo hago casi a diario, pero tengo un fuerte dolor en el codo y ya no puedo hacerlo. ¿lo harías tu?.

Esteban accedió a hacerse cargo del trabajo que Dª Eulalia le pedía.

.- Lo has hecho muy bien, ¿cuánto te debo

.- Pues no sé! Lo que usted crea.

.- Dime una cosa, ¿qué es lo que te gustaría hacer aparte de cuidarme las plantas y barrer la terraza.

.- A mí me gustan los caballos, ¡son tan preciosos!

.- ¡Ah! ¡La equitación!

.- Bueno, vamos a hacer algo al respecto, pero tienes que estudiar también y…

Años después cuando visitó el pueblo le dio las gracias con todo cariño a su protectora y le pregunto cómo podría pagarle todo cuanto había hecho por él.

.- No me debes nada, pero cuando en tu vida veas a alguien que necesita un favor y tu se lo puedes hacer, no te prives de hacerlo

Años después cuando Esteban lucia los trofeos ganados con mucho esfuerzo además de las medallas olímpicas, nunca olvidó cada año, cuando visitaba el pueblo, de depositar sobre la tumba de su protectora una rosa carmín que tanto le gustaba.

Salomé Molto