Los chacales ahora aúllan de día,
el depredador mayor está oculto
en su madriguera.
Las ranas croan a sus anchas,
asoman sus cabezotas y sonríen
al pasar de un hombre asustado.
Los antílopes con sus familias,
se esparcen en torno a las casas,
se retozan con los deshechos de los humanos.
En los cielos ya no hay pájaros de metal,
y los verdaderos pueblan el espacio vital,
que liberó el homo sapiens turístico.
Las aguas corren límpidas en los ríos,
y en los mares se esparcen con esperanzas,
los últimos peces que dejaron los humanos.
Al fin el agujero de Ozono por fin se recupera,
de las emisiones antropogénicas,
ya se respira y se filtra el sol.
No sé que tuvo que ocurrir,
y no importa tampoco,
solo pregunto… ¿será posible?
Josef Carel
Ja ja, qué buena relación poética de lo que está ocurriendo en algunos sitios, donde ahora se respira aire puro (o casi); problema que no sufrimos los que vivimos en poblaciones pequeñas, contactando con la naturaleza. Muy bien, Josef.
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Gracias Cesar por tu comentario. Que bueno que vives cercano a la naturaleza y no en un bosque de cemento armado. Quizás, solo quizá, la humanidad salga de esta mejorada. Te saludo, amigo
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