La casa


Hoy he vuelto a la casa solitaria

que albergó tantos sueños abortados

por la vida solemne y arbitraria

por la muerte de puños apretados

 

La casa de claveles sonrosados

desde húmeda tierra generosa

la casa de polluelos anidados

bajo pluma caliente y amorosa

 

Palpitó allí la tarea y el trabajo

unidos manos, corazón y sueños

lágrimas y sonrisas amasaron

alegrías, estudios y lamentos…

 

Vaivenes, viajes y alboradas

ausencias, sonrisas, desencuentro

y el abrazo feliz de una mañana

y el rosal con un pimpollo nuevo

 

Hoy he vuelto a la casa solitaria

Sola mi alma, mis manos y mis sueños

ya no están ni las rosas ni su savia

solo esperan un suspiro y un recuerdo

 

Yolanda Elsa Solís Molina

Un comentario sobre “La casa

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