¡Vamos, adelante Corona!
Pareciera que el mundo se nos viene encima. De pronto, por sorpresa, aparece primero un signo débil, casi apagado, y sin más crece y se torna una amenaza.
Paradójicamente, Albert Camus opinaba que las pestes y las guerras llegan por sorpresa. Entonces me pregunto ¿No estaremos frente a alguna forma de cambio critico? Es que, tal como indica el termino…crisis, “una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada, pero inestable… con un grado de incertidumbre”. Esta definición parece encajar bastante bien en la realidad que estamos viviendo. No solo ni en particular con respecto a la salud, pero quizás y mas aun en cuanto a la economía mundial, el orden social y tambien, el modo de gobierno. Sin entrar en mayores detalles, somos testigos de una gran caída en todos los aspectos de la economía global y capitalista. La producción se ha reducido o esta en proceso de disminuir, también el transporte nacional e internacional; las fronteras se cierran por temor al avance del virus. Las naciones se aíslan, y dentro de ellas, en las ciudades, los individuos permanecen encerrados en sus hogares por largo tiempo.
Las enormes ciudades, pobladas por millones y con ello, el monstruoso tamaño de las fabricas y el estresante modo de tratar a los obreros, a fin de lograr mayor producción.
Los gobiernos dictatoriales, que prefieren que sus nacionales permanezcan en la oscuridad; él centralismo obligado.
El orden de valores, con el Progreso irrestricto a la cabeza de todo, el ser humano pasa a ser un simple servidor del sistema.
La globalización, radicalizando la producción y el transporte a toda distancia vence al localismo; hasta las lenguas locales se rinden ante el empuje global.
Los intereses nacionales, económicos por supuesto, olvidan de cooperar por el interés común de todos.
En definitiva, la carrera competitiva, que hace del ser humano un mero objeto.
Me atrevo a concluir, aunque precipitado; de todo esto, la genética de los virus, sabe sacar provecho, en beneficio de su propia supervivencia.
Ahora bien, algunas observaciones en cuanto a lo que ocurre a raíz del pánico provocado. Solo apreciaciones, tal vez sin base comprobada; un anhelo quizá.
Retornar al urbanismo reducido, con buenas distancias entre las comunidades; motivar el localismo en la producción y el consumo.
Reconstruir los medios de producción a escala humana, donde el individuo tenga la propia expresión de sus valores.
El ser humano, su vida y su comunidad por sobre todo. La ayuda mutua y la cooperación a nivel local. Dirimir todo tipo de centralismo. Transparencia en la toma de desiciones; adjudicar participación y responsabilidad al individuo.
Nadie podría entonces permanecer imperturbable ante los hechos, ni delegar en los gobiernos, lo que a cada uno concierne.
No sé, no estoy seguro de que todo esto no sea más que una ilusión personal, y ningún cambio este a la vista.
Los observadores, en particular políticos y economistas, prefieren que la situación actual se revierta, y entonces, que “se vuelva a la normalidad”. Gran parte esta calculado en las perdidas de los mercados financieros; rememoran lo acontecido el año 2008. Si así sucediera, y en algún tiempo se descubre que todo fue un susto, nada mas, entonces mis anhelos quedarán solo una ilusión. Un trapo con el cual secar las lagrimas de bronca.
¡Vamos, adelante Corona!
2 comentarios sobre “¡Vamos, adelante Corona!”