Hemos discutido desde antaño el significado de la realidad. El concepto de realidad es un concepto filosófico vinculado al concepto de verdad. Así Aristóteles señalaba que la única verdad es la realidad. La conformidad entre lo que afirma mi intelecto y lo existente en el exterior de mi mente, es decir en el mundo.
Si bien en la antigüedad muchos filósofos habían advertido la fragilidad de estas afirmaciones todos en más o en menos fuimos aceptando las cosas porque sencillamente los seres humanos necesitamos certezas, no soportamos no aceptamos una realidad incierta como arena movediza. El hombre necesita seguridad entonces afirma, niega, carátula, sustantiva y adjetiva permanentemente diciendo esto eses tal cosa aquello es tal otra y así todo está bajo control, todo tiene nombre y explicación de su esencia y existencia.
Nada atormenta al hombre y nada tiene que temer, ya que no habrá acontecimientos imprevisibles. ¿Es gracioso no? Pero así vivimos 2000 años. El primero en el mundo en poner patas para arriba todo lo que se afirmó durante 2000 años fue Einstein, el primer relativista científico.
Todo cambió vertiginosamente y ese conocimiento pesado, cargado, de las ciencias donde nada se discute empezó a cambiar.
Surge la ontología de la inestabilidad, del acontecer sin nombre y sin calificativo. Desaparece la verticalidad y la horizontalidad irrumpe con fuerza.
Las cosas son y no son al mismo tiempo. O mejor dicho están siendo precariamente. Un fluir, un cambio constante donde todo es dinámico. Deleuze, Derridá, Lyotard, Foucault, son los filósofos del post modernismo. ¿Volvimos todos a Heráclito y Parménides?. Es muy posible.
Lo cierto es que si faltaba un condimento disolvente, este apareció y nos mostró totalmente la relatividad de todo. La realidad virtual de internet. Todo puede ser visto, producido, decidido, agotado al mismo tiempo y sin espacio mediante. Hoy, el mundo es una aldea globalizada que existe físicamente y virtualmente. Algún día no muy lejano tendremos presidentes virtuales, médicos virtuales, parejas virtuales y así como llevamos marca pasos cardíacos llevaremos algún pequeño dispositivo dentro de nuestro cuerpo que indicará todo. ¿Es muy fuerte no? Pero es muy probable.
Todo es posible, se han acabado las verdades absolutas y claro, ahora hay que vivir conforme lo que va aconteciendo, lo cual no es nada fácil, porque mañana será otra cosa y pasado otra.
El vértigo está con nosotros definitivamente. Sabemos muy poco de todo y de nosotros mismos.
Un diminuto organismo, un virus nos tiene en jaque hace un año sin que se vea una salida pronta. La “in certeza” ha llegado para quedarse en todos los planos de la existencia. Social, política, económica, etc.
Se acabaron los paradigmas, los arquetipos, los moldes, los dispositivos de poder, las construcciones humanas caprichosas que sometieron a cientos de generaciones.
No hay pasado ni futuro, sino eterno presente.
Hugo Andrés De Simone
Excelente artículo que muestra clarísimamente los estragos del neoliberalismo salvaje, la extrema pobreza, la corrupción, el desigual mundo que vivimos.
Felicitaciones a los autores.
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