Ya veo que has vuelto, no queda ni un solo grano de arroz del que
deposité en el anaquel de la ventana. ¡Tenías hambre! Ya sé, igual que
siempre. ¿Pero qué pasa? Te veo más agitada, más nerviosa. Antes tu
pareja encovaba a los pequeñines, hacía de clueca y tú podías ir más lejos
a buscar el alimento que tus polluelosos necesitan y, cuando no encontrabas
el suficiente, te acercabas aunque temerosa, por ver qué te podía yo dar.
Me acuerdo aquella mañana soleada cuando yo, sentada en mi hamaca
leía un libro, de repente oí aletear ligeramente, eras tú y de forma
descarada te pusiste a comer las migajas de pan que se me habían caído.
Y desde entonces nos hemos visto todos los días, yo comiendo y tu
picoteando todo al alrededor, llegamos a ser buenas amigas.
¿Entonces, por qué te fuiste de repente? ¿el ser humano te da miedo?,
yo también le he tenido siempre miedo, ahora ya no. Me he hecho más fuerte.
Lo que tú tendrías que hacer ¿Y por qué vuelves ahora?
Ya lo sé, ese desalmado ha matado a tus bebés y a tu compañero,
mientras volabas en busca de comida, ya erais muchos y mis migajas no
eran suficientes. Tú te salvaste porque volabas lejos y por tu color blanco.
¿Has formado nueva pareja? ¡Bien!, quiero que sepas que todas las
palomas del parque sois blancas y así tiene que ser, dicen que son más
decorativas, ¡qué absurdo! sin mezclas de ninguna clase. Me dijo el
jardinero que os vigila, que en el momento ven a alguno de vosotros de
otro color, digamos gris, negro, en fin, con colores mezclados, pasa por
la vía rápida al cocido que ese desalmado tiene escondido en el almacén
de herramientas. Allí se sienta bebiendo un vaso de vino mientras saca
del caldero y saborea vuestros huesos.
Así que ten cuidado con quien te juntas. Tú eres de un color blanco
hermosísimo, estás a salvo. Debes escoger a tu compañero de tu mismo
color para tener la garantía que los descendientes también tendrán ese blanco hermoso.
Pero tú no entiendes nada de eso ¿verdad?, porque el amor, es el amor y,
tienes razón. ¿Qué puñetas nos puede importar el color o la estatura, este matiz o aquel?
Ahora llueve, ayer nevó, y pienso que en este mal tiempo tiene que ser
más difícil poder encontrar el alimento que os es tan preciso. Recuerdo
haber conocido a varias personas, mujeres en realidad, que iban con un
cesto bordeando las aceras para ir a los parques y poder echar puñados
de arroz con que alimentaros, ¡qué valor! Los hay incluso que son
contrarios, dicen que las palomas ensucian las aceras, los monumentos y
el ambiente, en cambio es muy agradable ver a un niño pequeño correr
detrás de esas dulces palomas que echan a volar tan pronto te quieres acercar a ellas.
No te preocupes, te voy a ayudar. Tú, ven todos los días, yo procuraré
que tengas tus granitos en este recipiente ¿te gusta o lo pongo sobre la
manisa de la ventana? ¿Te vas?
Seguro que no has entendido nada, pero creo que mañana volverás a por
los granos que te iré dejando sin que importe el color y lo absurdas que
pueden ser algunas personas.
Salomé Moltó
Tu dulce cuento embriaga…por lo tanto es un gusto leerlo
Shalom amigazo
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